En el lienzo norte de la muralla de Ávila, concretamente adosado al cubo 38, existió, desde principios del siglo XVI hasta la segunda mitad del siglo XX, un pequeño edificio, de propiedad municipal, que sirvió de nevera para la ciudad: el Pozo de la Nieve.
Debido a su situación al norte permanecía la mayor parte del día a la sombra, convirtiéndose en un sitio ideal para este menester. El procedimiento era sencillo: en invierno se guardaba la nieve en el pozo, se amasaba y se cubría posteriormente con pieles, manteniéndose el lugar fresco para que aguantara la nieve durante todo el año y se iba sacando según fuera la demanda. E incluso en los años 50 del siglo XX, como señala Serafín de Tapia, el Café Pepillo ofrecía en julio horchata helada gracias a esta nieve.
La muralla de Ávila, pese a tener una buena colección de fotografías desde el siglo XIX, apenas ha quedado constancia del citado pozo de la nieve salvo en media docena de estampas, hoy recogidas en avilas.es. La llegada del frigorífico llevó al desuso del inmueble, y añadido al mal estado en el que encontrarían las instalaciones llevó a su demolición. El único testigo que queda del Pozo de la nieve es la señal que dejó el tejado de la casa en la muralla y que estuvo a punto de desaparecer como consecuencia de la última restauración de la muralla el año pasado.
Como se puede ver en la imagen de 2011, se puede ver la marca más o menos uniforme, con un tono blanquecino similar al color de la argamasa de la propia muralla, mientras que en la foto de 2014, posterior a la restauración, la línea de la antigua casa se ha exagerado en exceso para que resalte, y el color es muy distinto al de la argamasa, y distinto del que tenía hace unos años.
Para continuar con el juego de las semejanzas y las diferencias, también encontramos adosados al cubo 38 dos principio de arcos, pues según creí leer en algún sitio, tenía estructurada abovedada (aunque no he podido confirmarlo). Con la restauración se ha extraído la argamasa y sustituida por una nueva, limpiando las impurezas y dejando ver bien la alineación de las piedras que componen los muros, dando una apariencia de muro prácticamente nuevo y que muy posiblemente no lo haya tenido nunca, dando la impresión de una falsa realidad.
La novedad y aprovechando la restauración, se procedió a la excavación de la casa del Pozo de la Nieve, a cargo de la empresa de arqueología Castellum Coop., pues si bien se demolió, sólo se hizo superficialmente, y se han podido constatar la estructura de los cimientos, formados por muros de piedra y ladrillo. Se ha procedido a la reconstrucción parcial de los muros para dejarlos al aire libre y que los restos sean visibles y visitables. Para ello se ha procedido a poner una valla alrededor de la antigua estructura donde en un futuro (espero que cercano), se instale un panel informativo que expliquen el Pozo de la Nieve, pues seguro que más de uno desconoce su existencia. La única pena es que al estar en una zona de difícil acceso turístico quede relegado a un segundo plano, aunque si se podrá contemplar desde una perspectiva elevada desde lo alto de la muralla por los visitantes y abulenses.
Muy `pero que muy interesante en la zona de gredos yo he visto uno que es impresionante aun visitable, hay una escalera y puedes bajar.