Hoy no hay entrada. O al menos, no la entrada que debería y que lleva escrita varias semanas. No por nada relevante, sino porque hoy no es apropiado. Puede que lo publique otro día o puede que no, porque aunque todo sigue igual algunas cosas ya no serán lo mismo, aunque a nadie le importe.

Anoche entablé conversación con una persona a quien no conocía pero que de alguna manera debía dar las gracias. Lo hice. Fue un minuto que me valió para darme cuenta de cómo era esa persona, humilde, pero sobre todo y ante todo un caballero.

Un caballero capaz de luchar contra todas las adversidades y de rescatar a su princesa de las fauces de un dragón, pero también de reconocer una derrota, pese a las trampas del camino, y de no darse por vencido, aunque haya quien considere que ha perdido.

Todo esto, aunque parece no tener sentido, lo tiene.

Anuncio publicitario