Hoy hablamos de una de las mejores series que se han emitido: Boardwalk Empire. Obra de Terence Winter (Los Soprano) y Martin Scorsese, emitida por la HBO y que durante cinco temporadas nos hace disfrutar de unos personajes cuidados, tramas elaboradas y en la mayoría de los casos, basado en hechos reales. Debo confesar que comencé viendo la serie cuando la estaban emitiendo, y se me hizo tan tediosa que la abandoné al finalizar la primera temporada. Si bien el desarrollo es un poco lento y quizá cuesta un poco “engancharse”, mi fallo estuvo en verla con el doblaje en español. Al retomarla, ya en versión original, la serie mejora sustancialmente y la recomiendo encarecidamente verla así para no perderse nada de la actuación de Steve Buscemi, su voz y gestos característicos, como la voz rasgada y característica de Richard Harrow –Jack Huston –. La serie está ambientada en Atlantic City en los años veinte, y pese a que la mayoría pueda considerarla como una serie de gánsters o sobre la prohibición del alcohol, Boardwalk Empire es la historia de Enoch “Nucky” Thompson, cómo asciende al poder y cómo se derrumba su imperio. A través de 57 capitulos, en los que rara vez encontramos tramas excesivamente prolongadas, Nucky, magníficamente interpretado por Steve Buscemi en el que sin duda es el mejor papel de su carrera – a partir de ahora siempre será Thompson – vemos como hila sus negocios, como intenta recomponer una y otra vez su familia y cómo al final se derrumba todo lo que había conseguido en una última temporada donde vemos, a través de flashback, un adolescente Nucky con demasiadas aspiraciones.
La serie deja grandes momentos protagonizados por algunos de sus personajes. Quiero hacer una recopilación de aquellos momentos que más me han gustado y que recordaré de la serie:
En la caída de los D’Alessio y la conspiración de Schroeder se muestra claramente las aspiraciones de Nucky, el giro que da la serie y a través de esta escena memorable, en la que se el director se atreve con un guiño descarado a El Padrino, con un resultado más que notable.
Mi personaje favorito, Jimmy Darmody, comienza siendo uno de los personajes principales. Maldito desde el principio, veterano de la Primera Guerra Mundial donde recibe una herida en la pierna, es hijo de la violación del Comodoro a Gillian Darmody cuando tenía sólo 13 años, cuando Nucky literalmente la vende a este personaje por el puesto de sheriff. Jimmy intenta hacerse un hueco en la ciudad y para ello no duda en hacer lo que sea necesario, y presenta a dos personajes que cobrarán fuerza en las temporadas siguientes: Richard Harrow y Al Capone. Su final es una de las mejores escenas de toda la serie, con una estética que me recuerda al de la película “Camino a la perdición”: de noche, frente al monumento a los Veteranos de Guerra, lloviendo, Eli, Nucky y el resto de personajes enfundados en gabardina y sombrero que los protegen de la lluvia al mismo tiempo que dejan su rostro en penumbra, vemos por primera vez a Nucky haciendo el trabajo sucio, coge su arma y dispara hasta al que hasta entonces había sido su protegido: “You don’t know me, James. You never did”, le dice tras dispararle.
Si bien Jimmy es un personaje maldito, sólo un incomprendido Richard Harrow puede superarle en desdicha. Como Darmody, es veterano de la guerra mundial de la cual ha quedado horriblemente mutilado: perdió un ojo y su rostro desfigurado, llevando siempre una máscara en la mitad de su rostro. Desde la consulta del médico en la que conecta con Jimmy, vemos cómo se ocupa del trabajo sucio, que es matar gente. ¿A cuántos has matado? Le llegan a preguntar, y dice, con esa voz rasgada, quebrada, casi con un toque metálico “dejé de contarlos”. Vemos una genial evolución del personaje, empatizando con él, como su vida está vacía, la gente le considera un monstruo o un retrasado, siempre con una mirada fija e inexpresiva, burlona incluso con una especie de media sonrisa debido a la máscara. Es un personaje-espectador, donde dice más con sus silencios que con sus palabras, y que cuando pasa a la acción no deja al espectador indiferente. Pasa de intentar suicidarse en medio del bosque a querer vivir, a vengar la muerte de Angela y de Jimmy, de asaltar el burdel que regenta Gillian y matar a cualquiera que se pone por delante – recomendable escena del final de la tercera temporada – a ser el que protege al pequeño Tommy Darmody, a encontrar el amor y casarse. Su muerte, al cierre de la cuarta temporada, es emotiva, el espectador no quiere que muera pero su final es ese, pues al final, encuentra su ansiada paz.
Y tras está escena es obligado mencionar al mejor alter ego de Nucky Thompson durante las cinco temporadas, el villano y malo maloso Gyp Rosetti, con una interpretación brutal de Bobby Cannavale que marca la tercera temporada y le da una frescura que hace que los acontecimientos se sucedan a un ritmo trepidante, al mismo tiempo que se convierte en una de las temporadas más sangrientas. Os dejo un video sobre sus mejores escenas.
Ineludiblemente, nos tenemos que referir al personaje de Al Capone – interpretado por Stephen Graham – su peso va creciendo desde la primera temporada. Bravucón, sanguinario y nunca sabes cuando está hablando en serio o se empieza a reír como un poseso, destacamos varias escenas, como cuando llega a Atlantic City en rescate de Nucky, refugiado en casa de Chalky White, fumando un puro; la escena en la que asesinan a Frank Capone con un desgarrador grito de Al, o una trascendental conversación con su hijo antes de que vaya a los juzgados, donde se rebela que tiene miedo, y todo en él es fachada. También quedan toques de su humor característico, como despertar a Jimmy Darmody con un tiro cerca del oído o su frustración y enfado porque en la prensa comete la equivocación de referirse a él como “Caponi”.
Y muchos personajes más que no tienen cabida en este pequeño espacio, como Margaret Schroeder Thompson, con su evolución a lo largo de las temporadas, la escena de la caja de Owen, genial por su dramatismo: los planos realizados, el grito de Margaret y la cara de Nucky; el fiel sirviente Nucky Eddie y su sentido del honor y el deber; Gillian Darmony, como por ejemplo el final de capítulo en el que da de tortas al Comodoro; el controvertido personaje de Nelson van Alden (o George Muller),pasando de ser agente federal a prófugo de la justicia, con geniales escenas como el ahogamiento de su compañero en el río como si fuera un bautismo o sus momentos ira; el excéntrico Arnold Rothstein; Chalky White con toda su historia personal, su carácter y su debilidad; o la figura siempre como segundón y denigrado Eli Thompson, cuya presencia en la trama es trascendental en algunos momentos e irrelevante en otros.
Y muchos, muchos más.
El final, justicia poética
Seguramente mucho se ha hablado sobre el final de Boardwalk Empire. Durante toda la quinta temporada la estructura cambia, avanzando siete años en la historia y vemos flashback sobre los orígenes de Nucky: su origen humilde y los problemas con su padre, y cómo aspira a tener el poder de la mano del Comodoro viendo a un Nucky adolescente encarnado por un actor tan poco agraciado como Buscemi, Marc Pickering, siendo un gran acierto pues además del parecido físico entre ambos actores, su interpretación es bastante acertada tanto en gestos como la manera de hablar de Buscemi.
Al final, Nucky se hace a la idea de todo lo que ha perdido, “ha ganado el otro bando, chico, ¿no te has enterado?” le llega a decir a un chiquillo que se presenta como Joe Harper. Nucky pone sus asuntos en orden y hace la maleta para comenzar una nueva vida en otro sitio, dispuesto a abandonar Atlantic City, donde él había sido su amo y señor durante tantos años. Intenta comprar el perdón de Gillian, a la que vemos a través de los flashback que vendió al Comodoro, traicionándola para que él pudiera ascender con el cargo de sheriff, y se despide de su hermano Eli, entregándole un montón de dinero para que consiga rehacer su vida.
Nucky debía morir. Desde el primer capítulo de la serie el espectador sabe el señor Thompson no es trigo limpio, es una mala persona y merece morir, aunque le tengamos simpatía. Asume que ya no es el dueño del imperio y partiendo de la idea de que todo en esta vida acaba pasando factura, haciendo justicia poética, en el último episodio, “El Dorado”, el chiquillo que se había presentado como Joe Harper se rebela como Tommy Darmody, el hijo de Jimmy y Angela. Nucky no sólo había arruinado la vida de su abuela, Gillian, sino que había asesinado a su padre, Jimmy. Tommy le dispara tres tiros a quemarropa en el paseo de Atlantic City, y Nucky se va desvaneciendo, agonizando. El final de Nucky estaba escrito, y si el vástago de Darmody no hubiera acabado con su vida, dos agentes de hacienda esperaban detener a Thompson para procesarlo por contrabando.
Sea como fuera, aquí ponemos punto y final a una gran serie. Puede que no sea brillante, ni la mejor de la década, pero si un entretenimiento que nos ha hecho vivir grandes momentos, con una magnífica fotografía, con una ambientación fabulosa y unas actuaciones a la altura de la mejor de las películas, pues Boardwalk Empire no deja de ser cine para la televisión, poesía para la vista y una historia que si bien tiene su parte de corresondencia con la realidad, invita a soñar con los felices años veinte.