En el medievo era tradición que la pareja de enamorados, o prometidos, adoptaran un emblema que fueran sus iniciales entrelazadas. En el caso de los Reyes Católicos, sus emblemas son el yugo y el nudo gordiano, símbolo del rey Fernando; mientras que el haz de flechas es el símbolo de Ysabel.

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Monasterio de Santo Tomás. Ávila

El equilibrio perfecto que muchos historiadores quisieron ver la unión matrimonial de los reyes de Castilla y de Aragón, principalmente en el siglo XIX, lo plasmaron en una errónea transcripción del lema «Tanto Monta», diciendo «tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando», lo cual es absolutamente falso: Castilla ejercía un papel predominante frente a un Aragón inferior tanto en superficie, población y poderío.

El lema es sólo «Tanto Monta», y nunca fue la seña de los Reyes Católicos, sino solamente de Fernando. La misma fue indicada por Antonio de Nebrija, aludiendo a un episodio de la vida de Alejandro Magno:

Durante la expedición a Asia, el joven rey visitó el templo de Zeus en Gordión, donde había un yugo atado por un nudo inextricable. Un oráculo había dictaminado que quien lograra deshacer el nudo se convertiría en el señor de Asia. Alejandro no lo dudó un instante e intentó deshacer el nudo, aunque sin éxito. Resentido, cogió la espada y cortó el nudo diciendo «Nada importa».

Y precisamente eso es lo que simboliza el yugo que será el emblema de Fernando, representado por el emblema «Tanto Monta». Da igual, deshacer o cortar. Fernando, al igual que Alejandro, joven de gran temperamento que fue el ejemplo de Príncipe para Maquiavelo: rodear los obstáculos cuando no se pueden franquear, zanjar las cosas sin dejarse detener por las dificultades.

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Fuente

Joseph Pérez. Isabel y Fernando. Los Reyes Católicos. Madrid, Ed. Nerea, 1988. pg. 63