La película «El rey pasmado» (Imanol Uribe, 1991), ganadora de ocho Goyas, incluyendo mejor película y mejor director, está basada en el libro «Crónica del rey pasmado» de Gonzalo Torrente Ballester. Ambientada en la corte del rey Felipe IV, donde un increíble Gabino Diego encarna al rey español que, tras irse de picos pardos con el conde de la Peña Andrada (Eusebio Poncela), queda «pasmado» tras contemplar el cuerpo desnudo y con medias rojas de la mejor prostituta de la villa. Entonces el rey quiere ver desnuda a su mujer, la reina Isabel de Borbón (Anne Roussel), tejiéndose una trama en tono parodesco que refleja, hasta límites absurdos, las preocupaciones, miedos, tópicos y costumbres de la Corte española del siglo XVII. Destacan en el reparto el conde-duque de Olivares (Javier Guruchaga), el fraile Villaescusa (Juan Diego) y el Gran Inquisidor (Fernando Fernán Gómez).

La película, además de ser una buena adaptación cinematográfica y tener una magnífica ambientación histórica y artística, se rodó en varias localizaciones como el palacio renacentista del Marqués de Santa Cruz en Viso del Marqués (Ciudad Real), hoy Archivo de la Armada y cerrado si nadie lo remedia, el Alcázar y Museo de Santa Cruz de Toledo, la Sala de Batallas de El Escorial, el castillo de Guimaraes (Portugal), las calles de Salamanca pero también el Real Monasterio de Santo Tomás de Ávila, mostrándose en varios planos el claustro de los Reyes, el Lavado de las Abluciones y el claustro del Silencio, así como el Aula Magna de la Universidad, antes de su restauración.