«Cuando se cumplan los mil años, Satanás será soltado de su prisión y saldrá para engañar a las naciones que están sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra, a Gog y a Magog, a fin de congregarlos para la batalla. El número de ellos es como la arena del mar»
Apocalipsis 20: 7-8.
En el libro de Ezequiel, en la Biblia, aparece la referencia a Gog y Magog. El segundo como un país y el primero como su gobernante, posiblemente como un conjunto de naciones al norte de Israel y que son el preludio de una invasión catastrófica. Por el contrario, en el Apocalipsis del Nuevo Testamento se alude a Gog y Magog como naciones “sobre los cuatro puntos cardinales de la tierra”, engañadas por Satanás y que participarán en la batalla final.
Gog y Magog, además de aparecer tanto en textos bíblicos y en el Corán, han pervivido en el imaginario cristiano medieval con un papel predominante en el Apocalipsis. Cuando el cristianismo se consolidó como religión oficial del imperio romano, llevó a su identificación con el enemigo invasor: los bárbaros fuera de las fronteras del imperio.
En la portada occidental de la catedral de Ávila aparecen representados, sobre las jambas, dos salvajes realizados en granito, de gran tosquedad pero con vigor muscular, rasgos fieros y deformes, y una vestimenta de hojas de árboles, con escudos en la mano izquierda (uno circular, otro ovalado) y una maza en la mano derecha, dándoles un aire perverso, incluso maligno. La representación de éstos salvajes supone «un hecho único, insólito y extraño», según Vicente Aparicio. En cuanto a la autoría de sendos bárbaros, hay todavía quien se le atribuye a Juan Guas, el encargado de trasladar la portada de los Apóstoles a la puerta norte, pero su tosquedad hace difícil hacerlos corresponder con la obra cuidada y detallista del maestro y escultor francés. Por tanto, su autoría resulta, a día de hoy, desconocida, aunque su colocación si sabemos que sucedió a finales del siglo XV o a comienzos del XVI.
Los dos “bárbaros” recibieron el nombre de Gog y Magog por Juan Grande Martín, director del Diario de Ávila y académico de la Real Academia de la Historia en su libro “Ávila, emoción de la ciudad” (1972). Los salvajes, de aspecto fiero, según Aparicio «realizan la función de guardar, proteger y custodiar el templo, lugar sagrado», aunque si bien considera que representan, simbólicamente, «una invitación a todos sus visitantes a desprenderse de la «corteza natural», de la bestialidad, del instinto de destrucción; a dejar las actitudes de engaño, de brusquedad, de peleas y rapiña, cambiándolas por actitudes de respeto, tolerancia y cuidado antes de traspasar el umbral del templo», consideramos que la representación tan inusual de dos salvajes en la puerta occidental vendría a relacionarse con la corriente cristiana de identificación con el enemigo (bárbaros), y con la representación del tema del Apocalipsis en dicha portada, pues si originalmente la portada de Los Apóstoles —trasladada por Juan Guas en 1475 a la portada norte— trataba el tema del Juicio Final, se mantendría, de manera simbólica y original, el tema del Apocalipsis con dos salvajes quien podían ser, efectivamente, una representación de Gog y Magog.
FUENTES
DE LA HERAS HERNÁNDEZ, Félix. La catedral de Ávila. Ávila, Gráficas Martín, 1981. 2ª ed.
GONZÁLEZ, Nicolás; SOBRINO, Tomás. La catedral de Ávila. León, Everest S.A., 1981.
VV.AA. Catedrales de Castilla y León. Madrid, El Mundo, 2005.
http://catedralavila.es/la-catedral/puerta-occidental/
https://viajarconelarte.blogspot.com.es/2014/03/la-catedral-de-avila.html