«Ávila señorea los graneros, las eras y los mercados de toda Castilla; tiene el privilegio de la medida de los granos; por el «marco de Ávila» se han de regir mercantes y libradores»

Azorín

 

El privilegio de la medida de los granos al que se refiere Azorín, es lo que se ha denominado durante siglos “el pote de Ávila”. El recipiente es cuestión tiene forma de caldero, redondo y de hierro fundido, con tres pies y dos asas, y que fue adoptado por el rey Juan II de Castilla como patrón de medida para todos los Concejos del Reino, en las Cortes de Madrid de 1435 y de Toledo en 1436:

«Item, que la medida para vino, así de arrobas como de cántaras y azumbres y meidas azaumbres y medias azumbres y quartillos, que sean en la medida toledana… Item, que todo el pan que se hobiere de vender y comprar, que se venda y compre por la medida de la ciudad de Ávila«.

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Pote de Ávila

El Pote de Ávila, “que facedoce celemines” o media fanega, equivalía a cincuenta y cinco litros y medio, conformaba la medida legal para el grano (áridos) junto con la vara de Burgos (longitud) y la cántara de Toledo (líquido). El carácter obligatorio de la medida hizo que se extendiera, con los siglos, a todo el territorio de la península Ibérica, e incluso América, según señala Mayoral, con el nombre de almud (de origen árabe). La medida del pote de Ávila se mantuvo en uso hasta la adopción del sistema métrico decimal en 1880.

El pote original se guardaba en la alhóndiga, situada en el Mercado Grande frente a la muralla, lugar donde se controlaba el mercado de cereales. De hecho, en uno de los relieves del edificio que se conservan se puede apreciar la medición del grano en un celemín. Posteriormente, fue custodiado en una de las salas de la Casa de las Carnicerías para después ser cedido por el Ayuntamiento de Ávila al Museo Provincial de la Ciudad, donde puede contemplarse a día de hoy.

La fabricación de todos los potes debían de elaborarse según el troquelado del pote abulense para que todos tuvieran las mismas características, y aquellos que no usaban potes no verificados eran sancionados por las autoridades. De hecho, la verificación de los potes era una ceremonia importante que se realizaba en la plaza junto a la Casa Consistorial, participando en ella, además de un fiel municipal que ejecutaba las mediciones, un secretario que expedía un documento oficial, y las autoridades civiles y eclesiásticas, con sus ornamentos y mejores galas.

Y de esta curiosa “ceremonia” donde se quiere dar más importancia a un hecho que quizá no lo mereciera, deriva la expresión “darse pote, bombo, boato y postín”.

Fuentes

Medir sin metro

http://www.unaventanadesdemadrid.com/avila-i.html

http://avilared.com/not/14232/el-pote-de-avila-pieza-del-mes-en-el-museo

http://www.tribunaavila.com/noticias/el-pote-de-avila-es-la-pieza-del-mes-de-abril-y-mayo-del-museo-de-avila

http://www.lasyernas.com/historia.htm

http://www.1de3.es/tag/medida/

 

P.D. El Pote de Ávila es tan importante que ha merecido la distinción de dar nombre a una pequeña calle en el sur de la ciudad abulense.

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